Emociones Mensajeras 

Somos seres emocionales, estamos constantemente sintiendo emociones, desde que nacemos, incluso desde antes...hay estudios científicos que apuntan que ya sentimos desde el útero materno (Vivette Glover) y por ello, cada vez más profesionales de alguna de las ramas que estudian la evolución, el comportamiento y el desarrollo físico o psicológico del ser humano, nos marcan la importancia de ir en esta dirección (A. Damasio; Goleman, 1996; Álvarez, 2001; Bach y Darder, 2002; Fernández Berrocal y Extremera, 2002; Bisquerra, 2003; Casel, 2003, etc.).

 

El cambio que supuso la Teoría de las Inteligencias Múltiples (H. Gadner, 1983) amplió el campo del concepto de inteligencia e hizo que se reconociera lo que hasta entonces se intuía: que la brillantez académica no lo es todo, sino que el desarrollo de las competencias emocionales puede suponer hasta un 80% en el éxito de las personas. Hasta entonces la educación formal se había centrado principalmente en aspectos cognitivos, pero hoy en día podemos comprobar cómo en la vida real, un alto coeficiente intelectual o una alta calificación académica no son sinónimo de un alto grado de bienestar y satisfacción personal, ni una garantía de éxito profesional y social.

El informe de la UNESCO “La educación encierra un tesoro” (J. Delors, 1996) resume maravillosamente qué es una educación global e integral:

“La educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares: aprender a conocer,
aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser”

Estos dos últimos pilares son contemplados por la educación emocional.

Por tanto, resulta lógico pensar que cuanto más sepamos de esos sentimientos, de nuestras emociones, cuanto más aprendamos “a ser”, mejor sabremos gestionarlas, mejor nos relacionaremos con nosotros mismos y con lo que nos rodea, viviremos mejor juntos y en consecuencia seremos mejores como sociedad.

Pues bien, con esa certeza, y después de mucho tiempo trabajando como Coach e Interventora Estratégica, la experiencia me demostró lo que mi corazón ya me decía...la mayoría de los conflictos emocionales surgen en la infancia...una etapa en la que además nuestros recursos y nuestra gestión emocional suele ser escasa o más bien nula...y por ello, si realmente queremos ir a la raíz del problema, tenemos que darles las herramientas necesarias a nuestros niños para que puedan gestionar "lo mejor posible" todas esas vivencias que les van sucediendo...porque no olvidemos que lo importante no es lo que te pase...es "como vives" (como sientes) lo que te pasa...

Y así nació este proyecto "Emociones Mensajeras", en medio de esta reflexión...y hoy en día, ya he hecho multitud de talleres a niños de todas las edades (de 5 a 14 años), así como formaciones a profesores de Centros Educativos implicados en la formación integral de sus alumnos y conscientes de que hay otra manera mucho más eficaz de hacer las cosas, además de multitud de herramientas, que si se aplican de la manera correcta, pueden ayudarnos a tener un impacto mucho mayor en nuestros niños y a enseñarles una gestión emocional que les ayude a llegar a ser la mejor versión de ellos mismos en todas las posibles áreas.